Cómo saber si te conviene cuando hace poco que le conoces

Una pareja en una mesa en un restaurante
Thomas Barwick / Getty Images

Al principio de una relación es difícil saber si ese hombre que acabas de conocer es adecuado para ti. Cuando él te gusta mucho, no puedes mantener la cabeza fría. Lógicamente te ilusionas, tienes esperanzas, quieres que funcione. Y si has pasado por alguna ruptura dolorosa en el pasado, también tendrás miedo de que no salga bien.

Con semejante ensalada de emociones en tu cabeza, es normal que en ese momento no puedas decidir con claridad. Pero sí que hay señales, comportamientos y pistas que te ayudarán a saber si merece la pena implicarte o es mejor dejarlo correr. Veamos cómo saber si te conviene cuando hace poco que le conoces.

¿Cómo te sientes cuándo estás con él?

Detente un minuto a preguntarte cómo te sientes cuando estás con él, y también antes y después de verle. Vas por muy buen camino si te notas contenta, llena de vitalidad y al mismo tiempo en paz. Si sientes que eres tú misma cuando hablas con él, sin necesidad de fingir ni de aparentar nada. Si te encanta estar a su lado pero cuando se dicen adiós te quedas con una sonrisa en los labios y sintiéndote ligera y con la energía intacta.

En cambio, no es buena señal si te sientes en tensión, baja de energía, a la defensiva o con la sensación de que no eres suficiente o adecuada. Si antes de verle estás nerviosa, es normal, pero si estás muy nerviosa hay algo que no funciona. Si durante el encuentro con él debes reprimirte o calcular tus palabras, si no te sientes comprendida ni apreciada, piensa bien si deseas seguir viéndole. Por último, si después de verle estás cansada, sin energía, confusa, ansiosa, te duele la espalda o la cabeza.

¿Cómo se comporta cuando está contigo?

Aunque todavía no le conoces bien, y no se debe juzgar a una persona por una primera impresión o por las apariencias, recuerda ese dicho tan sabio que dice “obras son amores, y no buenas razones”. Quiere decir que lo que verdaderamente cuenta no son las palabras (que se las lleva el viento, como dice otro refrán) sino la forma de actuar.

Fíjate en si es considerado contigo, si tiene en cuenta tu opinión y tus deseos, si se esfuerza por agradarte. El hombre que realmente está interesado en ti te llamará con tiempo suficiente para planear una cita. También se esforzará por elegir los sitios a los que ir. Es su forma de querer gustarte y atraer tu atención. Definitivamente deberías volver a verle si se comporta de esta forma, y además es atento y te escucha.

Cuando no están juntos, es buena señal que te envíe mensajes o te llame para preguntar cómo te ha ido el día o por algún asunto concreto que sabe que te preocupa.

Por el contrario, cuidado con los que no te llaman hasta el último momento. Significa que no eras su primera opción. También es mala señal que no tenga en cuenta tus gustos a la hora de organizar planes, o que no quiera salir y prefiera que vayas a su casa o que te encierres con él en el bar a ver partidos de fútbol aunque sabe que los detestas. Y si tiene hábitos que te disgustan, como fumar, beber o alimentarse de comida basura, ahí tienes otra pista importante.

Otro síntoma alarmante: si te llama a todas horas o te inunda con mensajes, más que sentirte halagada deberías preguntarte si quieres estar con una persona insegura y celosa.

¿Por qué le has elegido a él y no a otro?

Para tener del todo claro si él te conviene o no, también debes mirarte a ti misma. Al fin y al cabo, tú eres quien le ha atraído a tu vida. Pregúntate qué es lo que te resulta atractivo en él.

Es posible que se parezca a otras parejas anteriores con las que no te ha ido bien. Sé sincera y descubre si estás repitiendo un patrón que te hace daño. En ese caso, quizás ha llegado el momento de cortar con esa tendencia y dejar de repetir la misma historia una y otra vez.

Puede suceder, en cambio, que te atraiga por el motivo contrario: es diferente a todos tus exnovios y a su lado te das cuenta de que has superado viejos patrones de codependencia o la costumbre de sentirte como el patito feo. En este caso, enhorabuena.

Y un consejo final: fíate de tu intuición. Ella sabe. Incluso cuando te empeñas en silenciar su voz.