¿Qué hacer cuando tú quieres más y él se distancia?

Mujer persiguiendo hombre en la playa
 Loungepark/Getty Images

En las relaciones de pareja se pone de manifiesto más que nunca la forma tan diferente de pensar de hombres y mujeres. Mientras que si tú estás enamorada sientes el impulso de querer pasar cada vez más tiempo con él, y no dejas de fantasear con cómo será la vida a su lado, es muy posible que él esté pensando en el miedo que le da perder su libertad. A muchos hombres les aterra pensar en ese cambio de vida que supone comprometerse con una mujer, porque ven su libertad como un símbolo de virilidad e inconscientemente temen que se les arrebate.

Este es un miedo irracional y exagerado, pero existe. Es la razón por la que muchos hombres dan un paso atrás justo cuando parecía que la relación se estaba consolidando. Al principio, la cosa es fácil. Tú estás disponible, se lo pasan bien juntos pero él no tiene que cambiar su vida. Esa fase es, para muchas mujeres, el prólogo de la relación. Para muchos hombres, un estado en el que se estancarían si pudieran. Y si ella presiona porque quiere más, se alejan. Si se les pregunta, dirán que no saben por qué se distanciaron. Simplemente sintieron la necesidad de “escapar”, aunque querían a su pareja y deseaban estabilidad tanto más que ella.

El miedo a perder su libertad

En realidad, lo que les aterroriza no es el compromiso sino lo que perciben como una vaga amenaza a su masculinidad. Una sensación indefinida y molesta que muchos hombres no comprenden y que les conduce a actuar de forma irracional o cobarde: huyen, y se encierran en sí mismos o corren a buscar una nueva relación (que romperán en cuanto empiece a ponerse seria). No saben cómo actuar de otra forma porque no saben qué les pasa, aunque eso no es excusa para su comportamiento egoísta e hiriente.

Por fortuna, muchos hombres tienen la madurez y el coraje suficientes para comprender que esa sensación es solo un miedo que no puede gobernar su vida. Son los hombres capaces de desprenderse de su “personaje” masculino y aceptar su lado más vulnerable. Saben que el premio merece la pena: el amor de una mujer maravillosa.

Si deseas que tu pareja se comprometa contigo pero crees que tiene miedo a perder su libertad, debes hacerle ver que estar a tu lado no significa renunciar a todo. Pero sí significa que tendrá que hacer cambios. Porque tú le estás ofreciendo todo ese amor, aceptación, complicidad, intimidad que en el fondo tanto desea. Por lo tanto, él tiene que aprender a confiar en ti. Estos pasos te ayudarán a poner de tu parte:

  • No le permitas pagarlo todo. El dinero es un símbolo de poder. Para un hombre puede significar potencia, independencia, fortaleza. Es incluso un amuleto contra el sentimiento de no ser amado. Por eso, cuanto más amor sienta un hombre (hacia sí mismo, hacia ti, hacia la vida…) menos le importará el dinero. No querrá aparentar ni “comprarte”. Así que permítele que te invite pero no esperes que pague siempre y se pase la vida comprando cosas para ti, sin que tú valores el gesto. Demuéstrale que lo que te importa es su persona y su compañía, no su cuenta corriente.
  • Respeta su espacio. Aunque te cueste, deja que tenga tiempo para sí mismo y admite que a veces sentirá claustrofobia a tu lado (¿Es realmente tan grave? ¿Acaso a ti no te pasa lo mismo con él? No lo tomes como algo personal…). No trates de controlar su tiempo, porque él es un hombre adulto y no un niño. Y no quieres que te vea como una madre castradora, ¿verdad? Tampoco le pongas en evidencia comportándote como su esposa o “marcando territorio” ante las demás mujeres cuando él todavía no te ha presentado como su novia en público.
  • Si se mete en su “cueva”, déjale estar. Este consejo es más fácil de dar que aplicárselo, pero recuerda que los hombres están menos acostumbrados a estar en contacto con sus emociones. Por lo tanto, en esa etapa en la que la relación se está consolidando habrá momentos en que dé pasos atrás, se sienta desbordado o tenga dudas. Si necesita estar en soledad para aclarar su mente, no insistas en acompañarle o en hablar. Sigue con tu vida: si te valora, irá a buscarte.
  • Actúa con naturalidad. Ambos son dos personas adultas con una vida propia. Por lo tanto, no te comportes como si fueras una princesita desvalida. Mantén tu vida, tus aficiones, tus amistades… No juegues a hacerle chantajes emocionales ni ocultes tus sentimientos por miedo a su reacción. Valórate como te mereces y si él no corresponde a tus sentimientos o no es capaz de crear un vínculo contigo, deja de perder el tiempo y vete.